1.
La Sierra de Atapuerca.
Situada en la confluencia de una rica diversidad de ecosistemas, a unos quince kilómetros al este de Burgos, la Sierra de Atapuerca ha sido testigo del paso de la Humanidad desde hace más de un millón de años.
El por qué de nuestra
existencia ha sido siempre una cuestión que se han planteado y han
intentado explicar todos los pueblos a lo largo de su historia, tal
como reflejan los mitos y leyendas. Gracias a los hallazgos de la
Sierra de Atapuerca podemos formularnos hoy, sobre bases científicas,
preguntas fundamentales sobre quiénes y cómo éramos y en qué
consistía nuestra existencia hace miles de años.
La Sierra de Atapuerca ha
aportado datos de enorme valor sobre la vida prehistórica. De ahí
que, tanto por el registro fósil y arqueológico que preservan sus
yacimientos, como por los trabajos relativos a su excavación e
interpretación, haya sido reconocida por la UNESCO Patrimonio de la
Humanidad desde el 30 de noviembre de 2000.
La Sierra de Atapuerca nació
para la investigación a finales del siglo XIX, cuando la compañía
ingles “The Sierra Company Limited” cortó una enorme trinchera
de más de un kilómetro de longitud y hasta 20 metros de profundidad
en la caliza de la Sierra para el paso de una línea de ferrocarril
minero. La construcción de esta trinchera del Ferrocarril puso al
descubierto numerosas cavidades colmatadas con rellenos pleistocenos,
que hoy forman algunos de los yacimientos conocidos en la Sierra.
Los yacimientos de la Sierra
conservan un registro paleontológico y arqueológico excepcional por
su abundancia, extraordinaria preservación e importancia científica.
La cronología que abarcan los yacimientos de la Trinchera es muy
amplia y corresponde principalmente a rellenos depositados durante el
Pleistoceno Inferior y Medio, con una antigüedad de entre 1.200.000
y 200.000 años.
1.2.
Los yacimientos de la Sierra de Atapuerca.
Actualmente hay cinco
yacimientos principales en fase de excavación en la Sierra, de los
cuales se puede visitar, por su accesibilidad al público, la Sima
del Elefante, Galería y la Gran Dolina, que se concentran a lo largo
de la Trinchera.
1.2.1.
Sima del Elefante.
1.2.2. Galería y Covacha de los Zarpazos.
Galería fue el primer
yacimiento excavado de forma sistemática en la Trinchera. Se trata
de una galería subterránea con apertura hacia el exterior en
forma de una chimenea, una sima en la parte derecha del yacimiento.
Esta chimenea parece haber servido como una trampa natural donde
los animales de la zona cayeron frecuentemente, para ser
aprovechados posteriormente por los carnívoros y humanos. El
acceso a la parte principal de la cueva parece haber sido a través
de la Covacha de los Zarpazos, que se encuentra en la parte
izquierda del yacimiento.
En los niveles excavados se han
identificado cinco fases en el depósito de los sedimentos, con una
presencia humana más importante. En esta fase se han catalogado
hasta trece suelos distintos de ocupación humana donde abundan las
herramientas líticas asociadas a restos de caballos, ciervos,
bisontes y rinocerontes. La presencia de carnívoros también es
evidente. La cronología de los sedimentos de Galería podría
ubicarse entre hace 200.000 y 400.000 años. Junto a Galería, en la
Covacha de Zarpazos, se han encontrado un fragmento de cráneo y otro
de mandíbula humana que pertenecen a la especie Homo
heidelbergensis.
1.2.3.
Gran Dolina.
Es el yacimiento más conocido
de la Trinchera. Sus 18 metros de sedimentos componen once níveles
geológicos distintos que recorren una secuencia que abarca desde
hace un millón de años en su base (TD1) hasta hace unos 200.000
años en su nivel superior (TD11). La presencia de humanos más
antigua en la Sierra se sitúa en torno a un millón de años, tanto
en la base de la Sima del Elefante como en el nivel TD4 de Gran
Dolina, donde se han encontrado herramientas primitivas. También se
destaca la presencia de grandes carnívoros en los niveles inferiores
de la Gran Dolina.
Pero fue el descubrimiento de
restos humanos y herramientas líticas en el nivel TD6 el que ubicó
para siempre la Gran Dolina en el mapa de la Prehistoria. Su
descubrimiento en el año 1994 también significó la prueba
definitiva de una presencia humana de las más antiguas de Europa. El
nombre de la nueva especie establecida a partir de estos fósiles
humanos, Homo antecessor, destaca el carácter explorador y pionero
de estos primeros europeos que provenían de África.
Los investigadores han
identificado, en numerosos restos de Homo antecessor, marcas de
cortes que sólo pueden haber sido producidas por una herramienta
lítica. La presencia de tales marcas, sugiere que estos homínidos
practicaban el canibalismo.
El nivel TD7 documenta una
inversión magnética en los polos norte y sur de la Tierra, algo que
ha ocurrido con frecuencia a lo largo del tiempo geológico. Esta
inversión se conoce como el límite Matuyama-Brunhes y define la
frontera entre el Pleistoceno Inferior y el Medio hace unos 780.000
años. Por tanto, los fósiles del Homo antecessor tienen, al menos,
780.000 años de antigüedad.
El nivel TD8 registra una
interrupción en la deposición de los sedimentos, ya que la fauna de
su parte inferior muestra una clara continuidad con los niveles
inferiores, mientras que la parte superior documenta la aparición de
especies más modernas. El nivel TD10 evidencia una época de uso
intenso del yacimiento por parte de los humanos, y se caracteriza por
un tipo de industria lítica difícil de definir.
Las últimas novedades sobre la
excavación de la Gran Dolina tuvieron lugar en 2003, cuando se
descubrieron nuevos restos de Homo antecessor en el nivel TD6: un
fragmento de cráneo inmaduro y una mandíbula. Estos hallazgos
confirman el gran potencial de los depósitos de la Gran Dolina y
sugieren que queda mucho por descubrir sobre estos primeros europeos.
-Homo
antecessor: El primer europeo.
El día 8 de julio de 1994, la Sierra de Atapuerca reveló uno de sus secretos más sorprendentes. La excavación en el yacimiento de Gran Dolina había alcanzado ya el nivel TD6, que proporcionaba abundantes herramientas líticas primitivas y restos de fauna datada en unos 800.000 años. Aquel día, en el llamado estrato Aurora, denominado así por una de las arqueólogas del equipo, se descubrieron los primeros restos de lo que sería una nueva especie humana: Homo antecessor.
Fiel a su nombre, estos humanos
fueron verdaderos pioneros del Pleistoceno.
Después de dos compañas de
excavación, se habían recuperado más de 80 fósiles humanos que
correspondían a diversas partes del cuerpo: una cara y varios huesos
craneales, dientes, costillas, vértebras, huesos de los antebrazos y
de manos y pies. El estudio de estos restos ha permitido conocer cómo
eran estos humanos tan remotos en el tiempo. Lo más sorprendente fue
el aspecto de la cara, ya que parecía casi idéntica a la nuestra.
Por otro lado, los dientes eran muy primitivos. El hueso frontal de
la cara también presentaba unas cejas bastante desarrolladas.
Respecto a la estatura , ésta se ha establecido en torno a 1´70
metros, por el tamaña de los huesos largos del cuerpo. Fue esta
combinación de rasgos, la que llevó a los investigadores a proponer
una nueva especie humana, dado que ningún otro fósil conocido
compartía esta anatomía.
Centenares de miles de años más
tarde, estos pioneros del Pleistoceno evolucionaron hacia el Homo
heidelbergensis, otra especie que está bien representada en la
Sierra de Atapuerca. Los restos humanos encontrados en la Gran Dolina
ocupan una posición central en la evolución humana, siendo el
último antepasado entre los Neandertales y nosotros.
1.2.4.
Sima de los huesos.
Este yacimiento es una pequeña
cámara situada en la base de un pozo vertical de unos 13 metros de
profundidad ubicado en la parte más profunda de la Cueva Mayor.
Sus sedimentos datan el Pleistoceno Medio, hace unos 400.000 años,
y conservan una extraordinaria riqueza en fósiles de carnívoros y
humanos. El hallazgo de más de 5.000 fósiles humanos
de ambos sexos y distintas edades pertenecientes a la especie Homo
heidelbergensis ha convertido a la Sima de los huesos en el
yacimiento más rico del mundo. Se ha estimado que la colección de
fósiles humanos de la Sima de los Huesos compone el 90 por ciento
del registro mundial conocido de este período, el Pleistoceno
Medio. Entre los restos recuperados de estos antepasados de los
Neandertales destacan numerosos cráneos, centenares de dientes,
una pelvis completa, varios fémures y hasta los huesos más
pequeños del cuerpo humano: los del oído.
La
única pieza de industria lítica encontrada en la Sima (en 1998), un
bifaz, llamado Excalibur, de cuarcita roja y ocre. Estamos ante el
primer ajuar de la Prehistoria, lo que implicaría la existencia de
una mente simbólica, capaz de reflexionar sobre el significado de la
vida y la muerte, en el Homo heidelbergensis. Tanto por su
extraordinaria riqueza paleontológica como por las profundas
implicaciones del descubrimiento del bifaz, la Sima de los Huesos es,
sin duda, un yacimiento único en el mundo.
-Homo heidelbergensis: El antepasado de los
Neandertales.
La extraordinaria colección de
restos de Homo heidelbergensis recuperada en la Sima de los Huesos
demuestra claramente que esta especie es el antepasado de los
Neandertales del Pleistoceno Superior en Europa. Estos fósiles
presentan algunos rasgos anatómicos típicos de los Neandertales y
han permitido a los investigadores estudiar, por primera vez, una
población de humanos de Pleistoceno Medio.
El tamaño de su cerebro llegó
a alcanzar el nuestro. A la vez, medían en torno a 1´75 metros y
pesaban alrededor de 95 kilos de puro músculo. Estos humanos eran
cazadores formidables: no sólo contaban con herramientas líricas
más desarrolladas que las del Homo antecessor, la industria conocida
como Achelense, sino que también fabricaban lanzas de madera de
grandes dimensiones, que medían más de 2 metros de la longitud.
El
destino evolutivo del Homo heidelbergensis en Europa les llevó a
convertirse en los Neandertales del Pleistoceno Superior, población
que fue testigo, hace unos 40.000 años, de la llegada a este
continente de nuestra propia especie, Homo sapiens. Aunque todavía
no se han encontrado Neandertales en la Sierra de Atapuerca, se sabe
que estuvieron en otras cuevas de la provincia de Burgos. Los
Neandertales perduraron unos 10.000-13.000 años más, y las últimas
poblaciones ocuparon el sur de la Península Ibérica, hasta que
desaparecieron de la Tierra dejando tras de sí las huellas de su
existencia en las cuevas y abrigos de Europa.
1.2.5.
Mirador, Portalón y Galería de Sílex.
La Sierra de Atapuerca seguía
formando un lugar de ocupación humana mucho después de que
desaparecieran los Neandertales y la época de los glaciares. Los
yacimientos del Mirados, el Portalón y la Galería de Sílex guardan
registro de actividades humanas complejas durante épocas más
recientes de la Prehistoria. Aunque la Sierra fue habitada durante el
neolítico, la evidencia más espectacular se centra sobre todo en la
época de la Edad de Bronce, entre hace unos 3.000 y 4.000 años.
Este periodo se caracteriza por un cambio radical en la relación
entre los seres humanos y su entorno.
El yacimiento del Mirador es el
más alejado del complejo de yacimientos en la Sierra de Atapuerca.
Sin embargo, esta cueva formaba parte importante en la vida de los
humanos de la Edad de Bronce. El descubrimiento de una fosa con
restos de hasta seis individuos de ambos sexos y diversas edades y
datado en 3.670 años indica que ésta fue usada como una cueva
sepulcral.
El inicio de nuevas excavaciones
en el Portalón de Cueva Mayor ha permitido documentar durante la
Edad de Bronce el desarrollo artesanal de la cerámica decorada,
adornos personales de hueso, asta o marfil y la fabricación de
punzones de hueso y bronce.
Ambas cuevas, el Mirador y el Portalón son muy prometedoras, ya que la riqueza de sus depósitos se desconoce. Sin embargo, hay otro yacimiento que hoy en día ofrece vestigios aún más espectaculares sobre la complejidad de la vida durante la Edad de Bronce: la Galería de Sílex.
Esta cueva forma parte del
sistema kárstico que compone la Sierra de Atapuerca, y se cerró al
mundo exterior en algún momento remoto durante o justo después de
la Edad del Bronce. Este hecho fortuito explica por qué hoy se
conservan prácticamente intactos sus suelos de actividad humana y su
arte rupestre. En una de sus cámaras se han encontrado restos de
decenas de individuos humanos y de animales domésticos y salvajes
junto con herramientas líticas y óseas, cerámicas fragmentadas y
amplia evidencia de actividades de carácter ritual. También hay
abundantes pinturas y grabados a lo largo de las paredes que forman
todo el conjunto de galerías. Algunas de las iconografías
representadas en el arte rupestre se han encontrado también
figuradas en las cerámicas de este yacimiento.
2.Vídeos
explicativos.
3.
Bibliografía.
Buen trabajo y muy buenos videos que explican y resumen el desarrollo realizado anteriormente sobre los Yacimientos de Atapuerca.
ResponderEliminarMuy buen trabajo con vídeos buenos que te lo explican casi todo, este trabajo es uno de los mejores
ResponderEliminarGRAN TRABAJO CON ILUSTRACIONES Y VIDEOS QUE EXPLICAN EL TEMA TRATADO PARA SU MEJOR COMPRENSIÓN. BUEN TRABAJO.
ResponderEliminar